SUS EFECTOS EN LA SALUD
Casi un 60 % de los casos de alergias, rinitis, conjuntivitis o asma se asocian con los alérgenos de los ácaros. Los ácaros son artrópodos que no se ven a simple vista, pero son muy habituales en entornos domésticos. Viven en el polvo, en tejidos y tapicerías, y se alimentan de las células de descamación de la piel, por ello se concentran sobre todo en el dormitorio, en los colchones y en la ropa de cama. Los climas húmedos y cálidos favorecen su proliferación.
LA LUZ DEL SOL, EL MEJOR ANTIÁCAROS
Los rayos UV son un buen acaricida: el calor ayuda a regular la humedad ambiental y evita la proliferación de los ácaros. Así que potencia la entrada de luz en casa (y sobre todo en el dormitorio) y pon el colchón al sol dos veces al año.
POCOS OBJETOS Y EN SU SITIO
Decora con lo justo y no recargues los espacios, especialmente si en casa hay alguna persona alérgica; será más fácil mantener el orden y quitar el polvo. Evita las tapicerías, como cortinas o alfombras, y no acumules libros ni cuelgues, pósteres sin enmarcar, pues el papel suele retener el polvo y los ácaros. Retira los peluches y si tienes animales, evita que entren en los dormitorios.