El misterio de los sueños y el descanso nocturno

¿Sabías que los sueños no siempre son tan placenteros como imaginamos? Aunque soñar es algo común para muchas personas, no siempre es sinónimo de un descanso reparador. A menudo, pensamos que los sueños están llenos de fantasía e ilusión, pero no siempre es así. Durante la noche, nuestro cuerpo trabaja para reorganizarse y relajarse, de manera similar a la actualización de un ordenador. Mientras dormimos, nuestros músculos y articulaciones se distienden, los estímulos externos disminuyen (en mayor o menor medida según la persona) y el cerebro se regenera para afrontar un nuevo día.

El origen de los sueños

¿Desde cuándo conocemos la razón de los sueños? Fue en la década de los 50 cuando varios científicos realizaron estudios sobre el sueño en seres humanos. Descubrieron que, durante el descanso, las personas experimentaban un aumento en la actividad cerebral, parálisis muscular, aceleración de la respiración y del ritmo cardíaco. Sin embargo, lo más sorprendente fue observar cómo la mayoría de los participantes movían rápidamente los ojos bajo los párpados cerrados, un hallazgo que en su momento resultó impactante. Así se identificó la fase REM (Rapid Eye Movement o “movimiento rápido de los ojos”), una etapa del sueño que se repite aproximadamente cada 90 minutos y que puede ocupar hasta el 25% del tiempo total de descanso.

Se determinó, además, que quienes se despertaban durante esta fase recordaban sus sueños con mayor claridad e incluso en su totalidad. Esto llevó a la conclusión de que el subconsciente juega un papel clave en el sueño. Según el psicoanálisis, el subconsciente es la parte menos accesible de nuestra mente, aquella que nunca descansa y que opera sin que podamos controlarla. Es el encargado de almacenar nuestros pensamientos más profundos, actuar por impulso y, en muchas ocasiones, sorprendernos con sueños que parecen tener significados ocultos o inquietantes coincidencias con nuestra vida cotidiana.

Soñar no es malo, pero...

Soñar es completamente natural y, de hecho, beneficioso, ya que permite que nuestro cerebro se reorganice y funcione de manera autónoma. Sin embargo, recordar los sueños con demasiados detalles o incluso en su totalidad puede ser un indicio de que el descanso no ha sido del todo reparador.

No podemos elegir el momento exacto en el que despertamos, pero lo ideal para sentirnos descansados es hacerlo en la primera o última fase del ciclo del sueño, evitando así interrupciones bruscas.

Claves para un descanso de calidad

Un buen descanso nocturno no comienza al acostarse, sino desde que nos levantamos. Para lograr un sueño reparador es importante:

✅ Mantener una alimentación equilibrada y variada en nutrientes.
✅ Tener un ritmo de vida activo y, si es posible, realizar ejercicio de alta intensidad.
✅ Respetar horarios regulares de sueño, ya que el cerebro se adapta a las rutinas y los desajustes pueden afectar el descanso.
✅ Elegir un colchón y una almohada adecuados a nuestras necesidades, ya que son la base de un sueño verdaderamente reparador.

Cuidar la calidad de nuestro descanso es esencial para el bienestar físico y mental. ¡Duerme bien y cuida de tu cuerpo y mente!